El periodista británico Jacques Peretti ha pasado 6 meses conviviendo con algunas de las personas más ricas del planeta. Esto es lo que ha aprendido de ellas.
De un tiempo a esta parte ha surgido el concepto de “súper ricos” para referirse a este 1% de mulitimillonarios que tiene pisos de lujo en las principales ciudades del mundo, jets privados y yates gigantescos, y cuya forma de vida es desconocida para el resto de los mortales.
El periodista británico Jacques Peretti ha pasado seis meses conviviendo con algunas de las personas más ricas del planeta para grabar el documental The Super-Rich and Us (“Los súper ricos y nosotros”) que acaba de estrenarse en la BBC. Y ha aprendido algunas importantes lecciones.

El supermillonario Tony Fernandes
El increíble poder de los súper ricos les hace incapaces de tolerar la debilidad
Este poder les hace incapaces de ser tolerantes hacia la debilidad. Algo de lo que, según Peretti, no se libra ningún súper rico: “Incluso el multimillonario más ‘BillGatesiano’ y filántropo, que construye bibliotecas y paga programas de vacunación en África, es incapaz de comprender por qué no todo el mundo en la Tierra tiene la determinación de ser tan exitoso como ellos. Y si no lo están quieren enseñarles a hacerlo”.
El peligroso discurso del hombre hecho a sí mismo
El problema es que esta visión de una supuesta meritocracia, tan poco real como la igualdad de oportunidades, ha calado en todo el mundo desarrollado. “Este mantra de los súper ricos de que hay que ir a por todas, y te hundes o nadas, es aceptado por el Gobierno”, explica Peretti. “Se enseña incluso en las escuelas. Pero no todo el mundo puede ser un emprendedor, y esa es la razón por la que gente de toda Europa se está manifestando. No sólo están protestando contra la austeridad, además están reafirmando su humanidad. En Atenas gritaban “somos humanos” como si la troika y los súper ricos necesitaran de veras recordarlo”.
“En su biosfera los súper ricos comen una mejor comida, van a mejores escuelas, llevan mejores ropas y toman mejores medicinas, lo que les convierte en una casta con mejor salud y más rica”, asegura Peretti. “Incluso respiran un aire más limpio. Muchos millonarios tienen sus propias reservas de aire móviles, que bombean en cualquier casa en la que decidan vivir. Si eres súper rico y tienes una propiedad en Shanghái, por ejemplo, puedes evitar tener los mismos pulmones llenos de contaminación que tienen el resto de los 14 millones de habitantes de la ciudad”.
Los súper ricos nunca se creen suficientemente ricos, porque siempre están pensando en quién está más arriba en la lista Forbes
Lo más sorprendente de todo, explicó Peretti en una entrevista con The Daily Mail, es que los súper ricos nunca se creen suficientemente ricos, porque siempre están pensando en quién está más arriba en la lista Forbes. “Tony Fernandes, propietario del equipo de fútbol Queens Park Rangers y la areolínea Air Asia, me dijo que el no se consideraba rico y que debería hablar con alguien como Jeff Bezos, el fundador de Amazon”, explica el periodista.

“Ver cómo viven me ha hecho pensar en un paciente de ébola, encerrado en una rígida cuarentena del resto del mundo”, explica el periodista. “Sienten que deberían formar parte de él y se pasan el día parodiando de forma poco convincente las cosas que hace la gente común. Su riqueza les hace sospechosos y distantes. Les ha deshumanizado y no hay nada que puedan hacer para remediarlo”.
Es una tragedia, asegura Perreti, pero no es nada en comparación con ser una madre que necesita ocho trabajos temporales para mantener a su familia. Así que en la próxima crisis, asegura, haríamos bien en no usar rescates y expansiones cuantitativas que lleven más lejos la desigualdad.